El primer ministro de Israel, Ehud Olmert, sintió ganas de llorar al conocer que el informe Winograd no le atribuyó responsabilidad por los problemas en la conducción de la guerra de 2006 con las milicias libanesas de Hezbollah y dijo a sus íntimos colaboradores que ha quedado liberado del “estigma moral” que le perseguía por este asunto.
La reacción del premier se conoció gracias a informes publicados hoy por los principales diarios israelíes basados en los testimonios de los funcionarios que acompañaban ayer a Olmert en el momento en que se difundía el informe Winograd.
Olmert se mostró aliviado pero conciente de que algunos párrafos del informe harán que el gobierno se enfrente a “preguntas no simples” acerca del desarrollo de la guerra y de las decisiones tomadas en los campos político y militar.
Hoy, jueves, durante una reunión con los ministros de Kadima en Tel Aviv, el premier aseguró que el gobierno se dispone a hacer “grandes hechos”, lo que incluye correcciones de “gran orden”.
También alabó a los reservistas y se dirigió a los padres que perdieron sus hijos en la Segunda Guerra del Líbano. “Los abrazo y estoy dolido con su dolor, han entregado los más preciado que tienen pero no fueron víctimas en “vano”, dijo.
Como consecuencia del informe habrá cambios “formales y esenciales” en todos los estratos e “inversiones sin precedentes” en seguridad, prometió.
El juez Eliahu Winograd sostuvo en su informe que Olmert actuó en nombre de “los intereses de Israel” y de forma “sincera”.
“No hubo error en la decisión misma” de encarar el conflicto bélico con las milicias de Hezbollah, “a pesar de los limitados logros y el doloroso precio” pagado en vidas, expresó Winograd acerca del desempeño armado del Estado durante los 34 días que duró el enfrentamiento en Líbano.
Por su parte, la ministra de relaciones exteriores, Tzipi Livni, enfrentada a Olmert antes de conocerse el informe, afirmó que los miembros del Gobierno no fueron absueltos, a la vez que admitió que fue “muy duro” escuchar que el informe mencionó una “guerra ácida”. “Es muy duro, pero hay que tomar la responsabilidad de seguir juntos”, añadió.
Por su parte, el ministro del interior, Meir Shteerit, opinó que Kadima, la fuerza gobernante, debe seguir unida detrás del primer ministro.
El ministro de finanzas, Roni Bar On, denunció que hay quienes están tratando de generar “fisuras” en Kadima pero reafirmó que los políticos deben mantenerse unidos y apoyar al Ejército.
Según Bar On, la derecha trató de convencer a las familias de los soldados muertos de que cayeron en vano y esto no fue así.
Ante el informe, el diputado de Kadina, Avigdor Itzjaki, anunció que renunciará al parlamento y a la vida política, debido a que antes de la difusión del informe se declaró en varias ocasiones a favor de la renuncia de Olmert.
AD-MF